Aunque en su origen la distribución de los espacios atiende a la forma de vida de la época, con una cocina funcional y un pasillo largo y oscuro con estancias contiguas, la hemos transformado en una vivienda con espacios abiertos, bien ventilados e iluminados de forma natural, conservando sus valores originales: la apertura paulatina de sus espacios, elementos constructivos más singulares como las bovedillas, los porticoles de madera de la fachada y la verticalidad de los espacios.
El inmueble tiene una superficie de 113,00m2 construidos y 96,28m2 útiles. Se accede desde un pequeño vestíbulo que nos da paso a la cocina, integrada a la sala de estar y el comedor en un gran espacio de más de 40,00m2. Desde aquí conectamos, a través de un pequeño pasillo de distribución, al aseo, la ducha y el lavamanos, y a los dormitorios; una suite con baño completo, una habitación doble y un amplio dormitorio individual.